Una Guardia Cualquiera (por Fernando Torres Durán)
Empieza la guardia, hablas con
los compañeros antes de salir a la calle, deseando que la jornada sea más o
menos tranquila.
La guardia estaba siendo bastante
buena. En general, eran cosas de fácil resolución, incluso muchas de ellas
simplemente eran solo tranquilizar u orientar a las personas dándolas a
entender cosas que por su edad o por su situación emocional, no llegan a comprender,
pudiéndose solucionar éstas en su ambulatorio e incluso en su domicilio con un
ligero tratamiento.
Cuando hablas con esas personas
te das cuenta de lo importante que es la situación anímica y emocional para que
una persona se defienda ante la vida. Llegamos a base y nos dispusimos a cenar
para luego intentar descansar por si la noche resultaba ajetreada.
Te acuestas, pero estás en una
situación de duerme-vela. Ese momento en la noche, con el silencio intentas descansar,
pero tu cabeza no te deja, pensando en 1000 cosas que forman parte de tu vida
diaria.
Suena un pitido seco en el
silencio de la noche, tus ojos se abren con un reflejo y miras la pantalla del
Tetra.
Lo lees dos veces porque no
quieres confirmar lo que estás leyendo “código
2.7 ,precipitado 3 piso. Varón 14 años", tus pulsaciones se aceleran e
inevitablemente no puedes dejar de pensar en tus hijos y en la situación que
estarán viviendo los padres de la víctima.
Tu compañero te mira y con
vuestras miradas os entendéis y pensáis lo mismo, un escalofrio nos recorre el
cuerpo "DIOS MIO QUE NO ESTÉ FALLECIDO".
A la llegada al lugar, desgraciadamente,
somos los primeros, ni siquiera hay policía en el punto .
Un millón de informaciones te
entran por 100 lugares, mucha información en poco tiempo, en ese momento tu
compañero te dice "HAY QUE SALTAR
UN VALLA ,ESTÁ EN UN PATIO INTERIOR".
No puedes esperar, no sabes si la
adrenalina te hace saltar la valla o esos burpees, sentadillas o carreras que
haces en tu jornadas de libranzas, han hecho de ti un pequeño atleta .
Saltas casi desde arriba, y te
diriges al chaval. Un latigazo de emociones te recorren ,"ESTÁ CONSCIENTE,
ESTÁ CONSCIENTE "…te grita el compañero.
Parece que un ángel ha querido
poner unas cuerdas de tender y un toldo en la caída del chaval.
Se llama Pedro está muy asustado,
tus emociones están a flor de piel no sabes si tratarlo o abrazarlo.
De fondo oyes más sirenas y sin
darte apenas cuenta aparecen tus compañeros de fatigas, BOMBEROS ,POLICÍA
,SAMUR...
Pedro está inmovilizado cuando
los compañeros os preguntan "¿CÓMO HABéIS ENTRADO?
Mi compañero con una sonrisa
entre nerviosa y burlona comenta "SALTANDO"
Miradas de complicidad se cruzan
entre todos y alguien dice "ESTÁIS ZUMBADOS ..."
A lo que mi compañero y yo
contestamos "SI ...JAJAJA"
Colaboras con tus compañeros, hasta
el momento del traslado. Al girarme tras cerrar la puerta de la ambulancia dos
miradas con ojos vidriosos nos dicen "GRACIAS, GRACIAS..."
Son los padres de Pedro, han
visto todo, nuestra llegada, nuestro salto, la primera asistencia…
Ahora los compañeros de la UVI se
harán cargo de Pedro
Empiezas a recoger, miras a tu
compañero y una sonrisa recorre su cara
Mi compañero me dice "CÓMO
HAS SALTADO CAB...."
"Y TÚ...?" le contesto
"ESTAMOS LOCOS ..."
contesta sonriendo
Volvemos a Base con una sonrisa
de oreja a oreja sin evitar preguntarnos
"¿QUÉ HUBIERA PASADO SI NO
HUBIÉRAMOS SALTADO, SI PEDRO HUBIERA ESTADO PEOR, SI HUBIERAN TARDADO MÁS LOS
OTROS RECURSOS ?"
Somos un servicio en el que
nuestra forma física puede marcar que la vida de alguien pueda salir adelante. No
hace falta ser unos atletas pero si guardar una forma física mínima que nos
permita movernos con agilidad e incluso nos permita realizar si fuera necesario
carreras a por material.
Esa estabilidad física me
permitirá estar más seguro de mí mismo, lo que dará lugar a una estabilidad
emocional. Debemos de tener claro que para tener bien a los demás debemos
primero estarlo nosotros.
LA ESTABILIDAD FÍSICA Y EMOCIONAL
SON LA BASE DE NUESTRO OFICIO.
Fernando Torres Durán (TATS SAMUR-PC)
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